Ayer, 01 de Agosto de 2015 nuestro hijo
mayor Fabricio Leonardo Stocchetti corrió el Tetratlon de Chapelco
Tetratlón son cuatro etapas o
disciplinas
·
Esquies
·
Correr
·
Remo en el Lago Lácar
·
Bicicleta
Logro el 3º puesto en su categoría y el
10 º puesto en la general
Rompió su propio record
Fue una enorme alegría para la familia,
que lo acompañó en todo momento, así colos amigos y el pueblo en general
Es un verdadero atleta
Ama estos desafíos y la montaña donde se
crio
A solicitud de algunos amigos es que
estoy escribiendo estos datos…
Me pidieron que describiera el lugar y
el momento de su nacimiento
Y lo estoy intentando
Fabricio fue el único de nuestros cuatro
hijos que nació en el norte de la Provincia… EN ANDACOLLO
APENAS UNA DESCRIPCIÓN DE ANDACOLLO
El escenario geográfico de ese lugar, es colosal allí confluyen
las grandes montañas áridas, con los ríos caudalosos
El campo comprendido detrás de la Cordillera del Domuyo (entre
esta y la central), desde el nacimiento del rio Neuquén, hasta el punto que
dicho rio se vuelve al este, hasta pasar por Chos malal
Contiene tan admirable
ramificación de ríos y valles que vale la pena que realice esta pequeña reseña
topográfica
Desde allí bajan tres grandes ríos, confluentes entre si
El Neuquén, el Varvarco y el Nahueve, con veintiocho ríos menores
y arroyos que caen lateralmente de una y otra cordillera
No había muchos puentes en aquel entonces y saliamos a la montaña con un jeep Ika , que no siempre quería " arrancar"
Uno de los afluentes más caudalosos del Neuquén es el rio Nahueve
Vivíamos donde los caminos terminan y comienzan “las huellas”
Donde nace el viento…
Andacollo era un pequeño vallecito fértil, pintoresco y agradable
(sobre todo en verano)
Donde el suelo se tornaba verde, los robles y pinos, plantados por
Rogelio Figueroa dominaban el lugar y atrás… los fantásticos recortes de la
cordillera con sus picos nevados y su bella y majestuosa “corona”
Las casas no estaban unas junto a las otras, había muchos terrenos
baldíos
Nuestro cerco, como el de la mayoría de las casas era de piedras,
se las denominaban “pircas”
Ya habían pasado unos cuantos meses de nuestra llegada a
Andacollo y un atardecer, mirando “la Cordillera del viento “con esos colores
rojizos, amarillos, azules, sentí que me había atrapado.
Lo sentí en
mi alma, en mí ser
Había aprendido a
vérmelas con el destino, con la naturaleza implacable, con ríos caudalosos, con
montañas que impedían nuestro paso, con niños que leían porque yo les había
enseñado, con gente que nacía y que también moría a mi lado
Amando y admirando a mi marido que era el único médico del
departamento “Minas “en los comienzos
Nunca lo vi declinar, ante las adversidades
Llamaba mi atención el denuedo con que enfrentaba difíciles situaciones
en el día al día
La tolerancia, la comprensión, la responsabilidad que lo definía
Jamás lo escuché negarse a asistir a un paciente, no importando
que su propia vida corriera peligro intentando llegar “al paraje” de donde lo
llamaban
Todas estas relevantes cualidades ponían de manifiesto su vigorosa
personalidad (que aún conserva a pesar del transcurso de los años)
La vehemencia de su entusiasmo…
entusiasmo que me contagiaba, me enamoraba y me hacía sentir seguro y protegida
Y fue allí donde sentí
por primera vez ese extraño orgullo que implica “el pertenecer”
Pasé a ser parte
de esa geografía, aunque fuera dura y difícil, aunque sabía que aún me faltaba
mucho para poder vencerla, que tendría miedo muchas veces, que nuestras vidas
estarían en riesgo cientos de veces más…
Pero me di cuenta
que estaba sintiendo el verdadero valor de las cosas, aunque
rudimentarias y pequeñas
Estaba “amando”
ese lugar y a su gente
Entre la montaña
se aprende, se cae y se levanta uno, mil y una vez
El amor por la
naturaleza, la pasión por ser útiles, por ponernos al servicio de esas
comunidades nos hacían mejor personas
Esa búsqueda de
una vida autentica… la estábamos hallando allí
Allí estábamos…
uno junto al otro, decididos, con agallas, con proyectos
Juntos en esa tierra, que no se parecía a ninguna otra
No había mucho
que pensar, allí mismo me di cuenta de lo que deseaba, de lo que añoraba, pero
por sobre todas las cosas afirme lo que quería
Y quería
continuar allí, hombro a hombro junto al hombre que amaba y que estaba
dispuesto a dar lo mejor de él en beneficio de sus semejantes
Habíamos abrazado para siempre las formas esenciales del amor y
la libertad
Solo
había algo que nos entristecía mucho y era que no llegaba el hijo que tanto esperábamos
Deseábamos
de todo corazón tenerlo
Yo
quería que naciera allí, que perteneciera a esa tierra dura, difícil, indomable…
Quería
que nuestro hijo se pareciera a ella, a su gente
Finalmente…
nuestra insistencia y mis ruegos, se hicieron escuchar y supimos que una “nueva
vida crecía en mi vientre”
El
fruto de nuestro amor (de la misma manera que luego llegaron Flavia, Federico y
Francisco)
El
control mensual me lo realizaba EN NEUQUEN, en la recién y flamante inaugurada Clínica
Pasteur de Víctor Peláez
Allí
escuche por primera vez su corazoncito, latir muy rápidamente, mientras las lágrimas
de emoción rodaban por mis mejillas
Y
llegó el día en que Fabricio llegó al mundo…
Costó
mucho su llegada, duró más de un día el trabajo de parto y la peleamos juntos…
Valió
la pena!!!
Como
la valió la llegada luego de sus hermanos, nuestros otros hijos a lo que
siempre amamos, así como un padre puede querer a sus hijos… con alma y vida
Con
el amor más puro y desinteresado
Hoy
Fabricio, aquel bebe nacido en Andacollo, fruto de aquellas tierras duras y
peligrosas …es un joven Arquitecto … Casado con Gulnara Puente ( una mujer que
es una verdadera compañera, que lo entiende y lo acompaña) y ese amor se ha
visto coronado con la llegada de sus hijas Chiara y Taciana
Lo
cierto es que escribí sobre Fabricio hoy, por su mérito tan especial de ayer,
porque amigos muy queridos me lo solicitaron
Pero
de la misma manera en que Norber y yo
nos sentimos orgullosos de Fabricio por el éxito en el deporte ayer
Nos
sentimos así de orgullosos, de nuestros otros hijos, que aunque no todos
deportistas descollan en las actividades que realizan, por las buenas personas
que son, por sus convicciones, por sus principios, por sus esfuerzos en pos de
sus familia y sus comunidades
Y
nunca terminaré de agradecer y enorgullecerme de estos cuatro hijos y estos 12
nietos que la vida nos regalo
Jamás
soñé, que la vida que empezamos solos Norber y yo
“allá lejos y hace tiempo “en medio de la
cordillera, en una aldea perdida de solo 400 personas
Nos
haya devuelto todo ese esfuerzo, convertido en una gran y unida familia
Así
como lo somos “ Los Stocchetti/ Mariña